miércoles, 26 de enero de 2011

              Aquí no hay juego de palabras ni trabalenguas, la ambigüedad define al hombre, tanto como la capacidad inherente de reírse. El ángel caído trajo la luz como hizo Prometeo con los antiguos; ambos fueron encadenados y ambos sabían de antemano que ése iba a ser su castigo, no obstante, bajaron la luz y el calor a los humanos para separar las cosas, para hacernos lúcidos en este eterno combate que llevamos por vida.

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