domingo, 20 de febrero de 2011

El puro acto de ser conscientes de que estamos dormidos es, asimismo, una prueba irrefutable de lucidez; si elegimos dormir es porque somos conscientes del dolor y durmiendo, el dolor mengua.

jueves, 10 de febrero de 2011

Por otro lado, ser lúcidos de nuestra propia consciencia no nos exime de las banalidades del mundo, sino todo lo contrario, las mismas banalidades son las que nos pinchan fiero el costado para asegurarnos que estamos lúcidos.